-Hola. Lindo día. ¿Vieron el pronóstico para mañana? Lloverá de nuevo, ja, ja, ja. –Escribió Julián en el grupo whatsapp.

-Nosotros iremos. Juan dice que no somos de azúcar, ja, ja, ja. –Escribí yo.

-Recopados. –Añadió Adelina

Recuerdo esta conversación y viene a mi memoria gratos momentos, las vivencias en un Curso de Reciclado en el Centro Cultural Vuela El Pez. ¡Tanto para escribir! Podría hacer un libro. O dos. Empero, voy a centrarme en contarles las experiencias de educación personalizada -en los términos de García Hoz– usando como metáfora la lluvia. Sí, todos los jueves llovía. Nos complacía empaparnos: perfeccionarnos intencionalmente como personas.

Adelina, fue la facilitadora del taller. Los dos primeros encuentros consistieron en mateadas que le permitieron explorar nuestros intereses, aptitudes, deficiencias y las maneras de trabajar en grupo. Son aspectos de nuestras personalidades. Llamemos a ellos: océanos, mares y ríos. Realizó una introducción general sobre algunas técnicas existentes en el reciclaje e indicó que cada uno tendría que construir sus propios objetivos y proyectos, de manera gradual y progresiva. Era fundamental que estos trabajos implicaran la transformación de la materia (papel, cartón, botellas plásticas, etc.) con la cual trabajaríamos. Esa transformación dependía de los procesos de individualización y socialización que son interdependientes. Cada uno de los participantes, si bien transformaría la materia, compartiría y socializaría.

De acuerdo al ciclo del agua, los océanos, mares y ríos se evaporan. Esta evaporación correspondería en la educación personalizada del curso de reciclaje, a la apertura de los participantes. Convivir es comunicarse con las personas. Adelina, siempre tenía preguntas disparadoras para iniciar conversaciones particulares y con el grupo. En las respuestas florecían preferencias.

Tras la evaporación, continúa el ciclo hidrológico con un proceso de condensación. En la educación personalizada, del caso que vengo describiendo, se trata de la singularidad personal. Adelina, nos hizo conscientes de nuestras propias posibilidades, limitaciones, sentimientos y conocimientos. Para ello usó tormentas de ideas y el planteamiento de varios proyectos por parte de cada uno. Las posibilidades de elección entre los distintos proyectos sucedieron luego de procesos de reflexión. Es el ejercicio de la libertad. Soy más libre si puedo elegir entre distintas opciones.  Cada uno de estos diferentes proyectos, representaban la creatividad como iluminación repentina. Se pusieron a flote tras el trabajo constante y progresivo de las piezas. Muchas veces, lo que habíamos imaginado terminó materializándose de otra manera, pero no perdimos de vista nuestros objetivos. Por ejemplo, Noemí, podía construir una pieza escultórica, y, rápidamente, transformarla en souvenir de 15 años.

-Ha llegado el momento de la lluvia. –Decía Julián.

La lluvia es la autonomía de los miembros del curso de reciclado. Ese momento en el que todos accionamos y usamos efectivamente la libertad, no exclusivamente como la capacidad de iniciativa y elección, sino como autoevaluación y –como agregado necesario- el poder elegir aceptar, aquello sobre lo que no podemos obrar: todos los jueves llovía, nos empapamos y algunas de nuestras piezas se dañaron. Más, nunca dejamos de empaparnos con nuestras personalidades, la apertura como comunicación, la singularidad como creatividad y la autonomía como libertad. Apuntamos a la capacidad de perfeccionamiento para dirigir nuestras propias vidas en comunidad. Pero, ¿cuántos docentes en nuestro sistema escolar formal estarían dispuestos a empaparse? ¿Cuántos querrían ser Adelina?

Si bien, la educación personalizada parte de la naturaleza humana, no pierde de vista lo que las personas tienen en común y lo propio (identidad), el asunto sería comprender cómo los educadores en contextos vulnerables podrían personalizar la educación. Es un hecho que se requiere más tiempo de planificación en aulas sobrepobladas y los salarios docentes siguen siendo bajos.

Escrito por José Alirio Peña Zerpa

Entre 17 y 75 años. Una bióloga, una profesora, una artista, un activista, una médica, un joven actor y yo. Durante 8 meses creamos y compartimos/ Curso de Reciclado/ Centro Cultural Vuela El Pez/ Buenos Aires, Argentina/ 06-12-2019.

 

Puedes ver los productos del Curso de Reciclaje en esta galería:

 

Puedes escuchar la entrevista que José Alirio Peña realizó a Adelina Ducos López en el programa radial CINEVERSATIL y más aquí:

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